Hace casi un año recibí uno de los mejores regalos de cumpleaños que he tenido hasta la fecha: una máquina de coser. Llevaba tiempo pensando en aprender a coser, y la máquina fue el empujón que necesitaba para ponerme con la tarea. Me apunté a clases de “corte y confección”, y resultó ser un hobby divertido; pero eso sí, hay que tener paciencia y hacer las cosas con tranquilidad.
Antes de hacer mi primera falda en el curso de “corte y confección”, fue ésta, que hice con mi abuela un verano. Ella me midió, hicimos el dibujo en la tela, y cosimos. Ella la remató cosiéndola en la máquina de coser, e incluso se le ocurrió la idea de poner dos bolsillos en la parte delantera para que quedara mejor.
La primera prenda que te enseñan a hacer es una falda. Y esta fue la primera que hice en el curso, con los patrones adaptados a mí. Tela, forro, entretela, hilos… y varias clases después, ¡la primera falda hecha por mí! (eso sí, con la supervisión y la ayuda de mis profesoras del curso).
Después he hecho otras cuantas más, como por ejemplo esta verde con lunares. Y la última hasta la fecha, ha sido una verde oscura.
Las faldas son muy sencillas, pero sientan muy bien porque el patrón con las que las hago está hecho con mis medidas. Para la próxima que haga, le pondré bolsillos… y para más adelante, intentaré hacerlas con tablas… pero para eso todavía tengo que practicar mucho.
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